El deleite poético sigue vivo, la manifestación del arte verdadero por medio de lo visual,
continua perenne en el gigantesco mural, que sigue aferrado en la fachada de lo que fuera el
exitoso hipódromo y galgódromo, de Ciudad Juárez.
Majestuoso y soberbio, nos narra la historia de una nación, que inicia desde Anáhuac en la
época prehispánica, continua por la Independencia y la Revolución, hasta acomodarse en el
México moderno. Justo, este lenguaje visual nos manifiesta el mural que fue inaugurado en el
primer lustro de la década de los sesenta.
Refleja los movimientos más importantes que ha vivido la nación Azteca. Cubre los periodos de
grandes luchas y batallas de guerra, hasta acomodarse en sucesos, que llegaron con la
educación, globalización y la tecnología de aquella época, en la que fue erigido.
Fue creado por el artista mexicano Enrique Valderrama (1927-2005) muralista de trayectoria,
entre su equipo de trabajo destacaba el pintor nacido en Baja California, Marcos Brambila, y se
encargaron de construir el famoso mural realizado en mosaico bizantino.
E. Valderrama, destacaba, por haber sido uno de los grandes colaboradores de Diego Rivera,
egresó de la famosa escuela de pintura y escultura La Esmeralda, en la Ciudad de México.
Posteriormente se internó en los Estados Unidos, para afianzar su carrera artística en las artes
visuales. Su obra ha dejado un legado en diversos espacios de la nación azteca.